Presencia Literaria

Ha de fluir el verbo en la corriente del extenuado cuerpo que, al final de las vidas, siempre se abre hacia el mar: Sus olas de amor estremecidas

martes, febrero 27, 2007

FOGATAS DE OTOÑO (de mi libro Por tan Profundo)


Fogatas de otoño

a mi abuela materna M.Antonieta Lamperein


Hoy que leo a Teillier bajo el árbol desnudo

a mi memoria llegan las voces de la infancia:

es la abuela quien canta a mi estación preferida.

Sus fogatas de otoño son esos atardeceres

que las llamas transforman en nuevos nacimientos.

El mundo entero se dilata: nubes púrpuras rasgándose

revelan todo y nada de aquello que hemos sido.

Como en aquel cuento, ella amaba la tristeza de la lluvia rojiza

con destellos de tierra: su futura mortaja bajo el árbol desnudo.


Era el poeta entonces un espejo dormido

sobre la piel del cielo.

Pronto

remolinos de viento se llevarán su esencia

la mía

la nuestra

más allá de los campos, de la lluvia y

del día en que mi abuela escribió sus poemas.


Parece ser rojo, pues, el color del otoño

en mi infancia y esta tarde cuando leo a Teillier

bajo el árbol desnudo.

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